Reproducimos con su permiso, el análisis que hizo nuestro compañero "bomber forestal" a través de su blog, en el que se pone de relieve la necesidad imperiosa de ampliar la plantilla a través de un tercer turno.
La
simultaneidad de grandes incendios forestales están rompiendo las costuras del servicio de bomberos forestales, evidenciando la insuficiencia de los actuales turnos y guardias. Este tema está
recibiendo la atención de todos los profesionales mientras los
responsables políticos y operativos guardan el más absoluto silencio. Un
silencio tras el que sólo hay una derrota argumental y la esperanza de
que las primeras lluvias del otoño nos hagan olvidar la catástrofe.
Estos episodios nefastos han evidenciado de forma apabullante cómo un
servicio de bomberos forestales ha sido arrinconado por servicios de
bomberos no especializados en IF, pero dotados de muchos más recursos y más plantilla.
Incendio Forestal de Vall d`Ebo. Agosto 2022
Lejos
de lo que pudiera parecer, esta coyuntura nos ha señalado dónde
está el problema del servicio, desarmando a los que trataban de
menospreciar la reivindicación de un turno adicional por la vía
económica o alegando otro tipo de intereses.
El SBF: servicio (des)integrado en el 112
La atención de emergencias con capacidad sostenida en el tiempo es a lo que debería aspirar cualquier servicio de emergencias. Y vamos a entender como "cualquier servicio de emergencias" a cualquier servicio integrado en el 112. En la página del 112cv se establece como primera función la siguiente:
"Atender llamadas de urgencia dirigidas al número de teléfono 112, realizadas por cualquier ciudadano desde la Comunitat Valenciana, como por ejemplo aquellas que requieran atención sanitaria, extinción de incendios o salvamento, seguridad ciudadana, o protección civil"
Según el Glosario de Protección Civil, la definición de urgente es:
"Que urge, que es estrictamente necesario que se atienda o se haga con rapidez y prontitud"
Así pues, entendemos que el 112 es para cosas que necesitamos que se atiendan con rapidez y prontitud y que, por lo tanto, podemos llamar a cualquier hora del día o de la noche porque detrás hay una serie de servicios que trabajan las 24 horas y se activarán en cuanto reciban la notificación.
La realidad del SBF. ¿rapidez y prontitud?
El Servicio de Bomberos Forestales (en adelante SBF) tiene la consideración de Agencia Integrada en el catálogo de servicios del sistema del 112 (Art.3.4 del Decreto 129/2018 de 7 de septiembre). Sin embargo, si entras en su catálogo de servicios integrados, ni si quiera aparece.
Pero como lo que cuenta es lo que dice la Ley, estamos integrados dentro de esos servicios que deben actuar con rapidez y prontitud, especialmente por la tipología de emergencia que atendemos, que tienden a agravarse conforme se retrasa la respuesta.
Además, la competencia en Incendios Forestales es de las Comunidades Autónomas, por lo que son las responsables de diseñar un dispositivo que atienda estas emergencias conforme a las directrices de protección civil. Por eso, todas las CCAA tienen dispositivos autonómicos para atender este tipo de intervenciones.
Pero vayamos a la cuestión. El dispositivo que tiene en concreto la Comunitat Valenciana, ¿está diseñado para atender con rapidez y prontitud los incendios forestales?
Para ello habría que considerar qué es lo que se entiende por rápido y pronto en un IF. Lo primero es poner el foco en los incendios que realmente nos preocupan: los Grandes Incendios Forestales (GIF). Estos incendios suponen en la Comunitat Valenciana un 0,57% del total y a la vez el 87,47% de las superficie forestal quemada. Así que el dispositivo debería estar diseñado para prevenir e intervenir en este tipo de incendios que son los que realmente arrasan nuestra masa forestal, desbordan la capacidad de extinción y general problemas de seguridad.
La
realidad es que la urgencia por intervenir depende de diferentes
variables como alerta previfoc, ubicación, tipo de combustible,
disponibilidad, orografía, meteorología, etc... Sin embargo nuestro
dispositivo tiene un único modelo de activación, independientemente de
todos esos factores. Un servicio de emergencias debería estar preparado
para atender con rapidez el escenario más desfavorable, pero en el SBF
ocurre lo contrario. Existe un dispositivo preparado para atender el
99,43% de las intervenciones más favorables (suponen sólo el 12,53% de
las superficie forestal quemada) pero es incapaz de dar una respuesta
ágil y contundente a ese 0,57% para el que deberíamos estar diseñados.
Es decir, ante un aviso de incendio de una masa forestal con
continuidad, orografía complicada y meteorología desfavorable, el
sistema hace aguas por todos los lados.
Veamos por qué
Horarios reducidos, guardias excesivas, disponibilidad desmedida, respuesta insuficiente.
¿Se imaginan un servicio SAMU con horario de 10 a 20h, donde los sanitarios realizan guardias no remuneradas el resto del tiempo, en sus propias casas, con un tiempo de respuesta de más de una hora? ¿Y un policía o guardia civil? ¿Un bombero? Bienvenidos al Servicio de Bomberos Forestales. Este es el esquema anual de respuesta a la intervención:
El gráfico que se presenta es muy sencillo. Menos del 42% del tiempo existe una respuesta inmediata que es la que proporcionan los trabajadores que están de guardia presencial. El resto del tiempo (58%) el servicio depende de la respuesta que den los profesionales que se encuentran localizados, a un precio de 0,5€ la hora. Así pues, la Administración lo que ha hecho es mantener un sistema cuya rapidez y prontitud depende de la respuesta que de el trabajador durante su tiempo libre. Un sistema de guardias localizadas que por convenio, penaliza a los que no atiendan una localización en menos de 45 minutos. Casi el 60% del tiempo, la respuesta del servicio depende de este sistema. Te llaman a cualquier hora, abandonas lo que estés haciendo o a quien estés atendiendo y con tus medios, te desplazas a toda velocidad a la base, que normalmente está ubicada en una población del interior, a bastantes kilómetros de tu casa.
La realidad es que los profesionales no pueden sostener este sistema que viene heredado de otros tiempos. De la misma manera que los bomberos ya no entran a los incendios con un paño húmedo en la boca, los bomberos forestales no deberían ser los que asumieran la responsabilidad de dar una respuesta inmediata en su tiempo libre. Es obligación de la administración diseñar un sistema que no dependa de la voluntad de los trabajadores ni de sus circunstancias personales. El sistema ya existe y se llama "sistema de atención continuada".
NOTA
Para ser fieles a la realidad, en los meses de verano existen unidades nocturnas que amplían ese rango de presencialidad, pero no podemos hacer otra cosa que despreciar el dato, ya que suponen menos del 7% del dispositivo. Cada unidad nocturna debe cubrir un área próxima a los 2.500 Km cuadrados, por lo que el tiempo de respuesta, pese a estar en su jornada presencial, no mejora la atención del servicio, quedando relegadas a una labor de vigilancia y remate en los incendios que se encuentran activos o en fase de liquidación. Es decir, existen sólo por una razón económica, ya que se ahorran las horas extra que supondría mantener un retén nocturno fuera de su jornada.
La ciencia ficción del SBF y la UVE (o lo que pretendía ser): Capacidad de intervención sostenida en el tiempo.
El proyecto de la Unidad Valenciana de Emergencias, (que ahora debe estar en un cajón o en una papelera, no sabemos aún) establece en su borrador:
"(...) puede mejorar la capacidad de respuesta ágil e integral con una unidad de emergencias autonómica que sea capaz de atender situaciones de crisis provocadas por fenómenos naturales como inundaciones, tormentas invernales, terremotos; y causas antrópicas como incendios forestales o de cualquier otra índole y que implique una operación a gran escala de protección civil."
Todas las emergencias mencionadas suponen intervenciones de amplia duración que puede prolongarse durante varias horas o días y que además requieren de una respuesta inmediata.
Dentro de su articulado, sus puntos b) y c) establecen los siguientes objetivos de la UVE:
b) Garantizar la rápida intervención en cualquier parte del Comunitat Valenciana, pudiendo concentrar en un plazo muy corto de tiempo, medios de diferentes unidades en la zona
c) Capacidad de esfuerzo sostenido; es decir, capacidad para mantenerse activa de forma continuada, tanto autónomamente como en apoyo de otros organismos asegurando los relevos durante todo el periodo de intervención.
Así pues, la UVE trata de dar una respuesta rápida, con capacidad de sostenerse en el tiempo en intervenciones que pueden durar hasta varios días.
Como
ya hemos visto, lo de la respuesta rápida dependerá de cuándo se
declare la intervención. Si es en turno de guardia sí, el resto del
tiempo, no. Pero imaginemos que la emergencia se declara durante tu
guardia. Lo más probable es que se prolongue más allá de tu jornada
laboral (normalmente los GIFs se declaran a partir de las 14:00 h). Pero si tu jornada termina a las 21:00 ¿Cómo se
hace entonces para atender la emergencia?
Actualmente estás obligado a quedarte atendiendo la emergencia. ¿Has hecho planes?
¿Tienes que recoger a tus niños? ¿Mañana tienes que coger un vuelo? Te
aguantas. El tiempo que hay desde que finaliza tu jornada hasta 10 horas
después sólo es tuyo cuando la empresa te da la retirada, no antes. Así
que mejor no hagas planes durante esas 163 noches y 1.630 horas
anuales.
De esta manera la administración tiene el plan perfecto. Con sólo dos turnos de trabajadores (frente a los 5 que hay en bomberos) y sólo 10 horas de jornada presencial (vs 24h de bomberos), se monta un sistema de atención continuada 24/7/365.
Echemos cuentas. Dos turnos significa que dos trabajadores se alternan todo el año para dar un servicio continuado. Si un año tiene 8.760 horas, cada trabajador se encarga de cubrir nada más y nada menos que la mitad: 4.380 horas. Pero la jornada legal de un bombero forestal es de 1.630 horas anuales. ¿Qué pasa con las otras 2.750?
Pues aquí está la magia:
163 localizaciones de 14 horas que equivalen a 2.282 horas
163 noches de disponibilidad, en el que me pueden prolongar la jornada 10 horas más que equivalen a 1.630 horas.
En
total, 3.912 horas de tu tiempo libre a disposición de la empresa de forma gratuita, a
parte de tus 1.630 horas de jornada laboral remunerada. ¿Qué puede fallar?
Así queda la vida de un bombero forestal: un plan perfecto
En resumen, la carga de la atención recae sobre los bomberos forestales y sus familias mediante un sistema de penalizaciones y faltas que pueden llevarte al despido.
Pero.... todo superman tiene su criptonita. La criptonita de la admintración es artículo 34.3 del Estatuto de los Trabajadores:
"34.3 Entre el final de una jornada y el comienzo de la siguiente mediarán, como mínimo, doce horas"
Veamos por qué
El sistema de dos turnos
Turno 2:2. Dos días de trabajo y dos de descanso
Los
bomberos forestales tenemos un pequeño capricho y es el de descansar
después de cada intervención. Y la ley dice que ese descanso debe ser
mínimo de 12 horas. Así que, a efectos operativos, si una unidad está en
su primer día de trabajo y prolonga su jornada demasiado, quedaría
inoperativa al día siguiente, al tener que descansar esas 12 horas durante su jornada de trabajo.
Por eso, cuando se declara un GIF sólo se cuenta con las unidades en turno saliente (su segundo día) que son a las que pueden obligar a estar 10 horas más y tienen relevo de su turno complementario, al cual pueden localizar para que entre antes su primer día. De un plumazo, hemos reducido la capacidad operativa del servicio a la mitad en esos incendios que son los realmente importantes.
Pero ni aún exprimiendo las localizaciones y la disponibilidad de los bomberos forestales, se consigue sostener el esfuerzo. Virtualmente se utilizan a unidades de otras provincias para mantener la capacidad del dispositivo, lo cual genera grandes pérdidas de tiempo en desplazamientos, especialmente cuando tenemos limitada la permanencia en intervención a 12 horas. Por ejemplo, en el incendio de Bejís tardaba cerca de 2,5 horas en desplazarse una unidad del centro de la provincia de Valencia. Eso supone un total de 5 horas (contando la vuelta) y casi la mitad del tiempo de la intervención perdido en desplazamientos. Pero es que en Castellón, por la ubicación geográfica de los parques, prácticamente cualquier unidad tardará más de hora y media en desplazarse al lugar. Mientras los bomberos públicos hacen sus relevos en el propio lugar de la intervención, los bomberos forestales, al carecer de turno continuado, deben recoger tendidos, regresar a sus parques y esperar a que otro turno de cualquier otro lugar los sustituya.
Esta ha sido la realidad de la participación del SBF en los indendios de Bejís y Vall d`Ebo:
Los
datos son los proporcionados por 112cv a través de su Twitter y supone
la media aritmética de participación de cada servicio.
Para unificar datos, no se han desglosado las autobombas del SBF, ya que en muchas estadísticas no las incluían.
El porcentaje se refiere a la cantidad de dotaciones enviadas respecto al número de parques profesionales existentes:
- 13 Parques del Consorcio y 14 Parques del SBF en Alicante
- 4 Parques del Consorcio (no se incluyen los voluntarios) y 20 Parques del SBF en Castellón
De
los datos podemos comprobar que, en primer lugar, en un GIF el SBF sólo
es capaz de enviar el 50% de sus dotaciones, pese a que ambas
provincias han contado con unidades de apoyo de la provincia de
Valencia. En segundo lugar, que un servicio con hasta 5 turnos es capaz
de multiplicar su capacidad operativa, hasta el punto de duplicar el
número de dotaciones sobre sus parques. Y eso teniendo en cuenta que las
dotaciones de bomberos enviadas son siempre adicionales a la dotación
que permanece en los parques atendiendo otras emergencias. En tercer
lugar, que es ilusiorio hablar de capacidad de esfuerzo sostenido
autónomamente, a la vista de los datos. El SBF ha estado
infrarepresentado durante estos días, arrinconado por los recursos de
los consorcios provinciales gracias sus 5 turnos de trabajo y la
abundancia de medios, personal y vehículos de cada parque.
Medios de los consorcios provinciales vs SBF
Un tercer turno permitiría como mínimo contar con un turno entrante cada día, aliviando el sistema y permitiendo una mejor organización del servicio, más eficiencia en los relevos y una mayor operatividad de todos los parques. A ello debe sumarse una racionalización de las unidades: es mejor contar con más turnos para aumentar la operatividad no sólo los meses, sino especialmente los días de GIFs, DANA, etc ya que si tienes dos personas librando por cada persona trabajando, puedes reforzar la plantilla, generando dotaciones adicionales y facilitando la cobertura de las faltas puntuales de personal . Sumado a un excedente en la flota de vehículos que permita modular el dispositivo, podríamos implementar un servicio con capacidad sostenida y modulable, alejada de las rigideces y limitaciones de los actuales planteamientos estructurales.
Capacidad de esfuerzo sostenido: Tomando como referencia datos de los consorcios y SBF a través del 112cv, cogiendo el dato más óptimo si se daban varios el mismo día, se puede comprobar como los consorcios de bomberos mantienen una capacidad sostenida que además, se dispara en cuanto se estabiliza el IF de la Vall d`Ebo. Sin embargo, el SBF genera grandes oscilaciones causadas por el valle generado tras cada pico (muchas unidades intervinientes que al día siguiente tienen que descansar). Quizás exista también un factor corporativo en la elección de los recursos, pero consideraremos que se ha aprovechado todo lo posible el uso de medios especializados del SBF.
Rediseñando el sistema: capacidad modulable, esfuerzo sostenible, respuesta inmediata
El tercer turno no es sólo un turno 1:2. Eso sería desviarnos de todas sus posibilidades. El sistema de rotaciones 1:2 garantiza ese refresco diario que convierte a todas las unidades en salientes y, por lo tanto, 100% operativas. Pero además ofrece un nuevo concepto de plantilla con oportunidades de adaptarse a la dimensión de la emergencia. Hasta ahora, hemos vivido con la versión simplista de que era necesario un refuerzo fijo en verano porque es la época con más incendios y más virulentos. Este concepto, desfasado ya por la realidad climática actual, con eventos meteorológicos adversos durante todo el año (temporales, DANA, etc..) nos desvía del objetivo principal. No necesitamos un refuerzo todo el año, sino una plantilla que pueda dimensionarse en cada intervención. Y eso es lo que ofrece el tercer turno. Primero por duplicar la operatividad (todos salientes). En segundo lugar por ampliar el rango horario presencial (12 horas). Y en tercer lugar, por la posibilidad de generar un cuarto turno de trabajo. ¿Cómo?? Os lo explico.
NOTA
Antes
de nada, comentar que todo lo que se expone es estrictamente bajo un
prisma operativo. Los turnos, las guardias, los horarios, etc son
siempre objeto de negociación colectiva. En ese sentido, la jornada
anual no puede exceder de la actual ni lo que se comenta a continuación
debe entenderse como un cheque en blanco. Lo que se expone continuación
debe entenderse desde un prisma operacional, a la vista de los
movimientos que estamos viendo a nuestro alrededor.
Como os comentaba, el tercer turno no tiene por qué ser exactamente un turno 1:2. De hecho, para aprovechar sus virtudes en época de máximo riesgo podría hacerse una pequeña modificación de cuadrante con el objeto de generar un "día adicional operativo". Ese día permitiría participar al personal en refuerzos cuando la intervención lo requiere, sin que ello condicione su operatividad ordinaria. Veámoslo gráficamente:
El turno 1:2 sencillo sería este:
Si os fijais, con este esquema es difícil (no imposible) generar refuerzos de personal ya que la propia emergencia puede condicionar la operatividad ordinaria y extraordinaria (la que se puede ofrecer en un turno de descanso).
Día 1 condiciona al 2 y el día 3 condiciona al 4
Sin embargo, con una modificación sí se podrían generar días operativos no condicionados y, por lo tanto, planificables. Por ejemplo con un turno 1:1:1:3
El día 5 no estaría condicionado por los turnos de trabajo ni condicionaría la jornada en caso de intervenir.
Es sólo un ejemplo de la versatilidad de tener un turno más. Con este planteamiento, por ejemplo, podría ampliarse la operatividad del servicio en 13 turnos (lo que equivale a 13 unidades) a nivel autonómico. Además, todos con relevo adicional. Este esquema obligatoriamente mantiene turnos 1:2, por lo que podría aplicarse de forma rotativa o temporal.
Veamos las diferencias del turno 2:2 con refuerzo fijo en verano frente a las posibilidades que da un tercer turno:
Mes de enero. Modelo autonómico. En intervenciones ordinarias la capacidad se mantiene igual, pero si sale un GIF, el modelo 2:2 merma su operatividad mientras que con un tercer turno se mantiene y se puede ampliar.
Mes de agosto. Modelo
autonómico. En intervenciones
ordinarias la capacidad se mantiene más baja en días ordinarios. Si se
declara una GIF, el modelo 2:2
merma su operatividad mientras que con un tercer turno se mantiene y se
amplía, llegando a duplicar al turno 2:2. Eso sin contar que en el turno
doble, al ir con la flota ajustada hay muchos fallos operativos por
averías, cosa que con un tercer turno no ocurriría al existir flota
adicional.
Aunque se trata de esquemas muy simplificados, la concatenación de sinergias hace que un tercer turno multiplique su operatividad muy por encima de su coste presupuestario, con lo cual estaría plenamente justificado. Por poner un ejemplo, con el actual sistema de turnos una autobomba puede estar inoperativa porque su unidad esté inoperativa en su turno de descanso o por avería. Con un tercer turno, no cabría el primer caso, al existir turnos de refresco y adicionales. Por no hablar de las posibilidades de incorporar modelos de parques adaptados a sus recursos y dimensiones, como por ejemplo, aquellos que disponen de varias autobombas y que permanecen inoperativas la mayor parte del tiempo, pasarían a estar disponibles mediante la incorporación de personal y unidades de más de 6 componentes. Es decir, se optimizarían los recursos humanos pero también los recursos materiales.
Y todo ello por no hablar de que la actual dispersión geográfica de muchas unidades carece de sentido, ya que muchas de ellas comparten parque. A parte, las unidades de refuerzo están condenadas a permanecer en bases provisionales que carecen de las mínimas condiciones necesarias, pero de las que hay que costear el alquiler los meses que permanecen vacías, al igual que ocurre con los coches de renting.
Y la respuesta, ¿mejora?
En
términos generales, la introducción de un turno adicional también
genera oportunidades en el reparto de la jornada. La ampliación a 12
horas de la presencia en parque mejora en un 20% la respuesta más
inmediata. Sin embargo, la creación de un turno continuo, que sería lo
ideal, supondría 5 turnos de trabajo que no están en este momento sobre
la mesa. Así pues, la realidad nos dice que el tercer turno es de
momento a lo que podemos aspirar y tendremos que seguir buscando
fórmulas para movilizar personal fuera de su horario de trabajo.
Dado
que hay un turno más, aunque las necesidades de localización se
mantienen, cae drásticamente la carga que asume cada trabajador, por lo
que atenderlas no supondría tanto sacrificio. Pero la clave sigue
estando en la jornada: un tercer turno genera una plantilla más amplia
que permite aliviar las localizaciones y racionalizarlas. ¿A caso es
necesario tener a 62 unidades localizadas cada noche? Sinceramente, no. Y
dado que el tercer turno genera un crédito de horas a favor de la
empresa, la solución termina por ser la única posible: menos unidades de
guardia y guardias que computen como tiempo de trabajo efectivo. De
esta manera, se reducen las obligaciones de localización a apenas 3
noches al mes y la empresa se asegura una respuesta efectiva, al
computar la guardia como jornada y poderte aplicar el código
disciplinario. Es decir, la guardias dejan de ser voluntarias, pero también dejan de ser gratuitas.
Esto, sin embargo, no soluciona la cuestión de la rapidez. Pese a que es un gran paso disponer de una respuesta garantizada de los bomberos forestales, el retardo que genera cualquier localización es inevitable. Tampoco se puede exigir un tiempo estricto de respuesta. La ubicación de las unidades, en poblaciones del interior sin apenas recursos para, por ejemplo, escolarizar a los hijos o sin ambulatorio es una realidad que no podemos desdeñar. El humilde salario de un bombero forestal no puede condicionar la ubicación de la unidad familiar, por mucha vocación que se tenga y muy importante sea lo que hacemos. Sólo los turnos de atención continua pueden garantizar una respuesta rápida y contundente.
Esperemos que la administración recapacite. El proyecto UVE era una oportunidad de mejora operativa. Debe ponerse sobre la mesa los sobrecostes que ha supuesto la intervención masiva de dotaciones de los consorcios y si realmente son tan efectivos como los verdaderos especialistas en incendios forestales. Y ya de paso, recuperar el debate de las encomiendas, en vista de los resultados y las movilizaciones incomprensibles que hemos estado viendo. La gravedad de los últimos incendios nos obligan a hacer un reflexión y dejar de mirar hacia otro lado. El servicio de bomberos forestales, acostumbrado a subcontratarse y encomendarse, no está dando los resultados que debería. No sólo se trata de una competencia delegada a las autonomías, sino de un servicio esencial que debe tomarse muy en serio. Si no, que se lo pregunten a los vecinos de Bejís, Venta del Moro, Calles o Vall d`Ebo.
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