SPPLB ya advirtió en un caso idéntico al caso de Mako Mira, que había que revisar los protocolos de movilización con el objeto de ofrecer una atención más precoz y proporcional. En el informe emitido a la dirección general de la AVSRE el 31 de julio de 2017, se consideró que el despliegue de un helicóptero, para ese tipo de lesión en un lugar tan accesible como la Cueva de las Palomas era desproporcionado.
Era el año 2017, durante el mes de julio. Fue en el mismo lugar, la Cueva de las Palomas ubicada en el término de Yátova y se trataba del mismo tipo de lesión, una fractura de tobillo. Sin embargo en aquella ocasión ni si quiera fueron avisados los medios que hoy antifraude considera que hubieran sido los más proporcionados: un equipo de tierra con tabla y un soporte vital básico. Ese fue el motivo por el cual se emitió la denuncia a la dirección de emergencias, ya que a dos kilómetros del lugar habían dos dotaciones de Bomberos Forestales con tabla de rescate y recursos humanos y materiales suficientes para ofrecer una primera atención y ejecutar el traslado en tabla hasta la ambulancia. Sin embargo estos recursos ni si quiera fueron avisados y se movilizó directamente un helicóptero. Los bomberos forestales del parque de Yátova se enteraron por twitter y por el ruido del helicópero, que estuvo bastante tiempo orbitando en busca de un lugar para aterrizar.
Es mobilitza #aeriGV de rescat 🚁V1 amb grup @BombersValencia per rescatar a un home que s'ha trencat un turmell a #Yatova, cova Las Palomas
— Emergències 112CV (@GVA112) July 21, 2017
Twitt del 112 donde se avisa del rescate
Casi siete años después de aquella denuncia, antifraude concluye en un caso idéntico que el despliegue de medios "no fue proporcionado"; que la afectada "se hubiera podido evacuar con una tabla"; que los 'rescatadores' "no realizaron ninguna tarea de rescate"; y que este tipo de conductas "podrían ser recurrentes".
El problema no es Mako Mira, sino el sistema
Los funcionarios deben cumplir con los principios de neutralidad, austeridad, eficacia y eficiencia. Su conducta se debe basar en consideraciones objetivas orientadas a la imparcialidad y al interés común, al margen de cualquier otro factor que exprese posiciones personales, familiares, corporativas o clientelares. Los bomberos forestales estamos sometidos al mismo código de conducta pero carecemos de la protección que tiene un funcionario. Podemos ser despedidos de forma arbitraria por desafiar a personas con poder. Ya ocurrió con Pantxo. Para evitar que se repitan situaciones como la expuesta por antifraude, todos los trabajadores de emergencias debemos tener la misma protección. Porque es lo que permite anteponer el criterio técnico frente al corporativo, familiar o clientelar.
Este caso pone de relieve varias cuestiones. Por un lado, el ninguneo con el que se trata a los bomberos forestales, que venimos reclamando desde hace tiempo procedimiento técnicos de actuación y movilización que primen la atención precoz y la proporcionalidad, y aparquen de una vez el corporativismo sistémico que tanto perjudica al ciudadano y al contribuyente. Por otro lado, el dumping contractual que existe entre los profesionales de emergencia funcionarios y no funcionarios, que no hace más que aumentar la brecha laboral y cercenar la autonomía y neutralidad de los bomberos forestales.
Así que desde esta sección sindical reclamamos que dejen de politizar las emergencias y busquen una solución para evitar que estos casos vuelvan a producirse. Porque si asumimos que desde una posición de poder, es posible forzar a los funcionarios para que actúen a favor del interés particular, entonces el problema es mucho más grave. Porque tendremos que asumir que cuestiones que llevamos luchando durante años como nuestro convenio, nuestras condiciones laborales o nuestro futuro están paralizadas por personas capaces de saltarse todos los códigos de conducta y a todos los funcionarios, con el fin de someternos a sus intereses particulares. Y la paciencia se nos ha acabado.

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